(Agencia de Noticias ATE Misiones).
Victoria Ruizdiaz (32) es promotora de salud, figura con la que desde el 2004 se denomina a más
de un millar de trabajadoras laboralmente precarizadas- el 95% son mujeres- que
para el Estado son “becarias”. Actualmente
el sueldo que perciben estas trabajadoras es de apenas 3 mil pesos por mes por
tareas diarias que en muchos casos superan las 8 horas. Además son obligadas
por coordinadores y autoridades dependientes del Ministerio de Salud Pública de
la Provincia de Misiones, a realizar tareas impropias del sector e incluso
cubrir vacaciones y licencias de otros sectores.
No tienen aguinaldo ni obra
social y son obligadas a asistir a actos partidarios del partido gobernante
(Frente Renovador de la Concordia). Ni siquiera se les reconoce debidamente las
licencias por maternidad: apenas 15 días les dan a cada promotora que da a luz.
Las aberraciones salariales y laborales a las que el gobierno provincial somete
a estas mujeres, llevaron a las mismas a organizarse dentro de la Asociación de
Trabajadores del Estado (ATE), desde donde hoy encabezan una disputa histórica
por sus derechos. Victoria es una de las delegadas del sector.
¿Desde cuándo sos promotora de
salud?
Desde
el 1 de agosto de 2012. Entré al sistema porque nos decían que era una beca en
la cual nos iban a capacitar para que podamos ingresaren poco tiempo al sistema
formal de trabajo de Salud Pública con contrato de relación de dependencia.
Pero en ningún momento nos informaron que en lo que verdad haríamos iba a ser
trabajar todos los días por un sueldo indigno, cumpliendo muchas más horas de
lo estipulado, y siempre bajo la promesa de un contrato que nunca llega. Hay
compañeras que hace más de diez años están esperando. Hoy cobramos 2400 pesos mensuales
al mes pasado.
¿Cómo es el régimen laboral?
Podríamos
decir de esclavitud. En principio porque no nos reconocen como trabajadoras
sino como becarias, y eso nos quita todos los derechos a pesar de que en la
práctica claramente somos trabajadoras. Y de maltrato. Nos hacen trabajar
muchas más horas que las cuatro establecidas, sin los elementos e indumentaria
necesarias, por un sueldo muy magro, el peor salario de toda la Salud Pública
del país, y nos niegan derechos básicos, como la licencia por maternidad por
ejemplo. Estamos totalmente precarizadas. Es un régimen violento. El gobierno provincial ejerce violencia de
género contra las promotoras de Salud. Vivimos promocionando derechos de
lactancia, derechos que tienen las madres y las mujeres y nosotras no tenemos
esos derechos porque el propio Estado que es nuestro empleador nos lo niega.
¿Qué las llevó a organizarse y
perder el miedo para empezar a reclamar públicamente?
El
cansancio. El manoseo constante. Las necesidades que tenemos. Perdimos el
miedo. Nos acercamos al gremio para organizarnos y luchar. Las autoridades siempre
nos dicen que los gremios son para los
trabajadores con contrato y que nosotros
no tenemos derecho a nada porque somos becadas, pero sabíamos que eso no es así
y hoy encontramos en ATE y CTA la posibilidad de unirnos y salir a luchar por
el fin de esta esclavitud.Venimos de doce años de explotación y silencio. Hoy
vamos por una reparación histórica. Nuestro reclamo es estabilidad laboral y
salario digno acorde a la canasta familiar. Nosotras somos una herramienta
fundamental para el sistema de salud, la comunidad lo sabe perfectamente y las
autoridades también. Es hora de devolverle la dignidad laboral a nuestro
sector.
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