En la tarde del 15 de enero de 1925,
en el amplio salón del Teatro Verdi, en el barrio de La Boca, algo más de un
centenar de obreros de la Dirección Nacional de Navegación y Puertos que
trabajaban en el Riachuelo y en la zona portuaria, se reúnen en una importante
asamblea, en la cual expondrán la situación de penuria e injusticia en que
están sumergidos los estatales. Plantearán la necesidad de dejar constituida
una organización que agrupe en su seno a todos los trabajadores estatales, para
la defensa de sus intereses.
Ese día, quedó conformada la Asociación
de Trabajadores del Estado (ATE).
“Los motivos que dieron origen a la
ATE no habían exigido mayor Discusión. Por aquel entonces la situación de los
obreros estatales estaba signada por una irritante discriminación. Jornaleros
en su inmensa mayoría, sus salarios dependían de la cantidad de días
trabajados, y esa cantidad
estaba rigurosamente medida
por el alcance
de los fondos del presupuesto de la obra
estatal” reseña el historiador Daniel Parcero, autor de 5 volúmenes de la “Historia
de ATE”, libros publicados a través de CTA Ediciones.
“El asunto era que el pago a esos
obreros estaba incluido en una partida global del Ministerio de Obras Públicas
(MOP), destinada a
atender los servicios
de navega-
ción y de puertos. Cuando esas
partidas resultaban insuficientes, sencillamente se
suspendían las tareas
los días sábado
y los obreros, –que como
señalábamos antes en
su inmensa mayoría
no estaban mensualizados, sino
que cobraban por
día trabajado–, debían
soportar el peso del régimen de las "economías" añade Parcero.
En una nota que la dirección de la ATE giró al
presidente de la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados en abril de
1925, reclamando la mensualización, se decía que la medida favorecía a 6 mil
trabajadores de todoslos talleres (Central, Conservación y Puertos, La Plata,
Corrientes, Puerto Bermejo, Paraná, Rosario y Concepción del Uruguay). Pero la mensualización era
lo que podría
llamarse un objetivo de
largo plazo. En
lo inmediato el
sindicato de los
estatales debía concentrarse en
reclamos directos ante
las autoridades, como
la regularización de los pagos que, en algunos casos exhibían demoras
de tres meses, o la garantía de que
bajo el régimen del jornal se trabajaría 48 horas a la semana. Los obreros
estatales no tenían licencias
por enfermedad, régimen
impuesto en 1913
por Roque Sáenz Peña exclusivamente en favor de los empleados, en un momento
en que los operarios apenas constituían un número insignificante. Tampoco
existía un sistema
previsional. Por su
inestabilidad los jornaleros no
realizaban depósitos en
la Caja de
Jubilaciones y Pensiones Civiles,
fundada en 1904; en caso de cese de la relación laboral con el Estado, los fondos
se perdían junto con el trabajo.
“En
la Marina del MOP,
por ejemplo, el
personal de las
dragas trabajaba 10
horas por día. Pero en caso de
que la jornada se prolongase no cobraba horas extras, sino que las horas
trabajadas fuera del horario normal, se compensaban con
otro tanto de
licencia. No tenían
descanso dominical; en
compensación, cuatro días
francos al mes.
Pero en cuanto
a condiciones de trabajo no eran la excepción” cuenta Parcer acerca de
los desafíos que debió encarar la nueva entidad sindical.
Presente
El padrón de ATE alcanza los 305.825
afiliados y afiliadas en todo el país, de los cuáles, 50.000 se sumaron desde
2015 a esta parte. El último padrón, al 31 de octubre, dice que ATE tiene
afiliados a 70.758 trabajadores municipales, 167.855 provinciales y 66.825
nacionales.
En porcentaje el área que más creció es la de
trabajadores municipales con 16,98% y trabajadores del Estado Nacional con el
14,85%. ATE ya es el gremio estatal mayoritario en nueve provincias (Buenos
Aires, Entre Ríos, Santa Cruz, Neuquén, Mendoza, Jujuy, Salta, Chubut y Tierra
del Fuego).
Los referentes provinciales coinciden
en que el crecimiento de afiliados en los municipios es sostenido. En términos
de construcción territorial esto se avala con las 8 nuevas seccionales que el
gremio ha creado durante el 2016: 3 en Río Negro, 3 en la provincia de Buenos
Aires, 1 en Tucumán y 1 en Catamarca, a las que se suman otras 2 de reciente
creación en la provincia de Santa Cruz.
Más impactante es trasladar estos
porcentajes a la cantidad de municipios en los que se crece: la conducción
provincial de San Luis arrancó su labor gremial con 5 municipios, hoy ya está
consolidado en 32 de las 64 comunas que tiene la provincia; en Misiones la
inserción de ATE por el interior provincial es altamente cuantitativa, está
presente en 70 de los 75 municipios; el CDP Río Negro arrancó hace 6 años con
actividad en 5 municipios y hoy suma participación en 27 de los 39 que hay en
la provincia; el CDP Chaco empezó este período con 5 municipios y ya llega a 20
de los 64 existentes, y en Entre Ríos, la nueva conducción tomó su cargo con
una inserción gremial en 16 localidades y ya orilla los 50 entre las 126 que
componen el ámbito provincial. Santa Cruz es otro ejemplo de presencia
territorial: en el año 2005 creó la primera seccional y hoy tiene 7
seccionales; mientras que en Córdoba la expansión municipal se produce en el
sur de la provincia.
“Estos números nos permiten avanzar
en la creación de nuevas seccionales, para alcanzar el objetivo más inmediato
trazado por ATE que es llegar a contar con 300 seccionales” indican desde el
gremio.
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