(Agencia de Noticias
ATE Misiones). El último sábado, las plazas de todo el país se
colmaron de mujeres organizadas, que volvieron a dar visibilidad a las demandas
que caracterizan al movimiento “Ni una menos”. En este marco, uno de los puntos
que tuvo a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) como convocante y
participante, fue la plaza Sarmiento, de la localidad de Eldorado (Misiones).
Gabriela González, delegada de ATE en la Secretaría de
Agricultura Familiar, recordó que “nuestra organización siempre estuvo en cada
uno de las marchas por el Ni una Menos y todas las que se hicieron en relación
a las reivindicaciones de Género y contra la violencia de género. Esta vez nos
movilizamos conmovidas por el reciente femicidio de Paulina Portillo, una mujer
que aquí en Eldorado fue asesinado a machetazos por su concubino. Nos siguen
matando y el Estado sigue sin abordar el tema con seriedad, con presupuesto y
políticas claras”.
Además, González reflejó que “las medidas de ajuste y las
cláusulas de bonificaciones extorsivas que establece el gobierno nacional
perjudican mayormente a las mujeres. Porque somos las mujeres quienes en mayor
medida nos abocamos al cuidado de los hijos, la atención familiar, y ante
cualquier inconveniente nos vemos privadas de poder cumplir con el presentismo
y demás cláusulas que el gobierno quiere que cumplamos. Por eso entendemos que
además paritarias a la baja, el gobierno nos cercena derecho a las mujeres
trabajadoras. Ante este contexto, al ajuste, tenemos que responden con más
organización”.
La delegada de ATE advirtió además que “sigue existiendo
discriminación para acceder a trabajos y ocupar cargos tanto en el Estado como
en el sector público. Prevalece aún esa nefasta idea de que la mujer tiene
menor productividad o rinde menos, entonces es más conveniente contratar
mujeres”.
Por su parte, el
secretario general de ATE Misiones, César Fariña, manifestó que “en ATE, como
organización nacional, entendemos que cuando hablamos de violencia nos estamos
refiriendo además de la violencia física, que en su versión extrema produce
brutales femicidios, a la violencia simbólica que se da en distintos ámbitos, y
del cuál el ámbito laboral, lejos de estar exento, es uno de los espacios donde
esta violencia e reproduce. La discriminación salarial o hacer trabajar a las
mujeres por salarios de hambre y en condiciones deplorables, es una forma de
violencia, y acá tenemos que denunciar que en Misiones, es el propio Estado el
que muchas veces genera o propicia esto”.
Fariña destacó que “acabamos de regresar del Congreso Nacional
de nuestro sindicato, dónde como ATE Misiones dimos pleno apoyo al cambio
estatutario que estamos impulsando para que se establezca la obligatoriedad de
que los cargos sean distribuidos con total sentido de la equidad entre
mujeres y varones, porque entendemos que
más allá de las movilizaciones que son sumamente necesarias, hacen falta
acciones políticas concretas para garantizar los derechos de las Mujeres”.
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