martes, 11 de septiembre de 2018

“Quieren un campo enteramente al servicio del capitalismo”



(Agencia de Noticias ATE Misiones). Los despidos tienen rostro. Cuando el Estado deja sin trabajo a alguien, le está retaceando derechos a la ciudadanía, porque la labor de los estatales, es justamente, garantía del cumplimiento de esos derechos. En el caso de los casi 600 despidos en la Secretaría de Agricultura Familiar, esta supresión de derechos afecta de lleno a las poblaciones campesinas e indígenas expuestas a mayor vulnerabilidad. Al echar- sin criterio alguno-a las y los técnicos de la SAF, lo que el Estado hace es abandonar a su suerte a las comunidades y organizaciones de la ruralidad profunda, que gracias al trabajo de quiénes hoy quedan en la calle, pudieron consumar sus esfuerzos y conocimientos en avances productivos concretos y sustanciales.

Los despidos buscan borrar historias imborrables. Laura Brusca es Ingeniera Agrónoma, egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Vive en Misiones hace 15 años y trabaja en la Secretaría de Agricultura Familiar. Hace unos días, recibió en Eldorado su telegrama de despido. Hoy se encuentra junto a tantas otras compañeras y compañeros, luchando en la permanencia pacífica del ex Ministerio de Agroindustria.

 En la SAF, Laura siempre trabajó en pos del fortalecimiento de las organizaciones de pqueños productores del norte misionero. “Debido a mi profesión, siempre estuve abocada a  tareas socio organizativas, productivas, y estuve trabajando con la organización productores Unidos de Santiago de Liniers (PUSALI)” explica la ingeniera.

La organización que menciona Laura Brusca se conformó en 2006 a partir de proyectos del  Programa Social Agropecuario (PSA), destinado a pequeños productores para fortalecer la producción de autoconsumo y excedentes para la venta. El trabajo de formación y acompañamiento llevado adelante por parte de los técnicos fue fundamental.
“Hemos tenido muchos logros, mucha trayectoria, se viene trabajando permanentemente con procesos organizativos, en comisiones de producción, comercialización, organización; hemos logrado pasar de procesos de autoconsumo a la comercialización. Hoy en días las familias productoras están participando de diversos espacios de venta de sus producciones. Paralelamente se impulsó la Red de Consumidores Responsables, para que haya clientes interesados en adquirir los productos de la Agricultura Familiar. Así las organizaciones fueron creciendo y fortaleciéndose” indica Brusca.

“Todas las organizaciones con las que trabajamos tienen un nutrido crecimiento, sin embargo nosotros los despedidos nunca tuvimos evaluación de rendimiento. Estos despidos son simplemente una forma de disciplinar a quienes estamos comprometidos con las organizaciones de pequeños productores. No es casual que esto pase cuando la Sociedad Rural es la que está manejando Agroindustria. Estos despidos son una clara muestra de la intencionalidad política de destruir la Agricultura Familiar. Quieren llevar el capitalismo en todas sus expresiones al campo. Quieren un campo enteramente al servicio del capitalismo. Aquí en Misiones ya sufrimos el monocultivo de pino y ahora quieren imponer el maíz transgénico a gran escala. Y los productores se dan cuenta de ello y por eso se suman a la lucha con nosotros, porque creen en el cuidado de los recursos, de la personas, de los alimentos. Por eso esta lucha es de todos y la vamos a ganar”.






 
 

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